Los tintes naturales son colorantes que se extraen de plantas, insectos o minerales, que por su composición química tienen la cualidad de teñir fibras naturales, tales como el algodón, yute, lana, cañamo, seda, etc.
Las plantas producen de forma natural gran variedad de pigmentos que residen principalmente en las flores y las hojas , pero también se encuentran en los tallos, cortezas, raíces, rizomas y semillas. Cada grupo de pigmentos da lugar a colorantes distintos:
Antocianínas (tonos violaceos), Antraquinonas (tonos rosados), Betalainas (tonos rojizos), Carotenoides (tonos anaranjados), Clorofílas (tonos verdosos), Flavonoides (tonos amarillentos), Indigoides (tonos azulados).
Al contrario que los tintes sintéticos, son ecológicos y sostenibles. No contienen componentes químicos derivados del petroleo, perjudiciales para la salud y el medio. Hablando de estética, los colores a base de plantas transmiten naturalidad, la armonía de sus combinaciones favorecen a todos los tonos de piel.
El proceso esencial de teñido requiera remojar el material que contiene el colorante en agua, añadiendo el material textil a teñir a la solución resultante y calentando la solución a fuego lento durante un periodo prolongado, revolviendo ocasionalmente hasta que el color se haya transferido de manera uniforme a los textiles.
Algunos pigmentos pueden fijarse directamente a los tejidos sumergiendo la planta y la tela en agua caliente, pero la mayoría de ellos necesitan el empleo de mordientes, que son sustancias orgánicas como los taninos, el hierro o el alumbre.
En ETIKOLOGY, nos gusta experimentar con la flora local para realizar nuestros tintes, con ingredientes como el algarrobo, hibiscus, pieles de cebolla, alubias negras, tréboles, laurel, etc… Ademas de otras plantas y raíces como el índigo, rubia, cúrcuma, achiote, palo campeche, ect…